martes, 31 de marzo de 2009

¿Puede la promoción ayudar a capear la crisis?

Por Lucio Castro

Mientras el mundo asiste atónito al comienzo de la más severa recesión desde la década de los treinta, y la Organización Mundial de Comercio (OMC) afronta la hora más grave desde su creación en 1995, cabe interrogarse acerca de la eficacia de las políticas de promoción de exportaciones. En términos más gráficos: ¿puede la promoción comercial ayudar a la Argentina a capear la tormenta del comercio internacional?
De acuerdo con el Banco Mundial, el comercio entre naciones sufrirá una contracción no vista desde 1982. A ello se le suma una ola creciente de medidas proteccionistas en todo el mundo, que podría profundizar aún más las tendencias contractivas de los flujos comerciales internacionales.
Según el sistema de monitoreo del Banco Mundial, más de 78 medidas proteccionistas han sido impuestas en todo el mundo desde el comienzo de la crisis financiera. Diecisiete de los 20 países miembros del Grupo de los 20 (G-20) han impuesto diversas medidas de restricción comercial.
Al mismo tiempo, se estima que los subsidios agrícolas en los Estados Unidos podrían aumentar casi US$ 2000 millones este año, de confirmarse las actuales proyecciones de los precios de los productos primarios para este año.

Contraste

Dentro de este sombrío panorama, resalta, por contraste, la decidida acción de Brasil y China en contra de la renovada ola proteccionista mundial.
Son destacables las declaraciones del presidente Luiz Inacio Lula da Silva en ocasión de su reciente visita a los Estados Unidos a comienzos de este mes, y la permanente prédica antiproteccionista del premier chino, Wen Jiabao, en distintos foros internacionales desde el comienzo de la crisis financiera.
Más allá de estas luces que aparecen en medio de la tormenta del comercio mundial, el valor de examinar la eficacia de los mecanismos de promoción de exportaciones adquiere una relevancia inusual.
El negocio de la exportación se caracteriza por la presencia de severas asimetrías informativas para el productor local, que debe realizar importantes inversiones sin un retorno certero para informarse acerca de las barreras de entrada, características de la demanda, requerimientos de marketing y técnicos, redes de distribución, y un largo etcétera en el mercado de destino.
Las agencias de exportación y las embajadas en el exterior pueden cumplir un rol muy importante en contribuir a reducir estas barreras de información para las empresas locales.
La evidencia internacional sugiere que las políticas de promoción comercial tienen un efecto positivo sobre el nivel agregado de las exportaciones. Un estudio reciente de los investigadores Marcelo Olerreaga y Daniel Lederman concluye que US$ 1 gastado en promoción comercial redunda en US$ 300 de exportaciones adicionales para la agencia de promoción promedio.
Asimismo, un trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) agrega que la presencia de oficinas especializadas de promoción de exportaciones de los países latinoamericanos en el exterior incrementa el volumen de productos diferenciados, mientras el número de representaciones diplomáticas en los países importadores aumenta en mayor medida las ventas de productos homogéneos.
Para el caso de la Argentina, una investigación que realizamos en Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) enfatiza el rol de las agencias provinciales de promoción de exportaciones para abrir las fronteras internacionales, disminuyendo los costos de entrada y las asimetrías de información para los productores locales.

Encontrar nichos

En el contexto recesivo mundial, el papel de la promoción comercial es aún más importante. Frente a la caída simultanea de precios y cantidades que afrontan los exportadores argentinos, las agencias de promoción pueden asistir a las empresas a encontrar nichos de mercado alternativos, y en colaboración con otras entidades públicas, a mejorar la calidad y la competitividad de los productos nacionales.
Pero la promoción comercial es una daga sin filo si no está acompañada de una decidida acción diplomática focalizada en mantener abiertos los mercados internacionales para los exportadores nacionales.
Hasta el momento, el esfuerzo argentino para capear la crisis internacional parece encauzarse hacia un incremento en las medidas de protección, sobre todo no arancelaria, y distintas medidas de estímulo al consumo doméstico.
El creciente proteccionismo argentino corre el riesgo de desatar medidas de represalia e incrementar los conflictos comerciales, aun con los socios más cercanos, como lo demuestran las recientes turbulencias en el seno del Mercosur.
Reforzar las organizaciones de promoción comercial nacionales y provinciales junto con una decidida acción diplomática enfocada a apoyar los esfuerzos internacionales de lucha contra la renovada ola proteccionista mundial son los desafíos de la hora para la Argentina en el campo del comercio exterior.

El autor dirige el Programa de Inserción Internacional del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).

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lanacion.com Comercio exterior Martes 31 de marzo de 2009

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