lunes, 15 de junio de 2009

Creando valor a traves de creatividad y coraje


Emprendedores / Historias que pueden enseñar cómo iniciar una actividad propia

Carteras funcionales, con materia prima de calidad

Un ingeniero industrial se animó a diseñar para mujeres modernas


Con escasos 22 años, Juan Grandi, estudiante de ingeniería industrial, se zambulló en el negocio del cuero y en el mundo de las mujeres con Cuoio, una empresa de carteras que "conoce lo que ellas quieren y ofrece productos descontracturados y funcionales, con materia prima de primera calidad".

En 2003, Grandi dejó un trabajo, empezó a buscar otro y se embarcó con un emprendimiento de camperas de cuero junto con dos amigos.

"Empezamos con eso, y un día alguien nos pidió carteras, y empezamos a hacerlas también. Vi que era más fácil y el proceso de producción, mucho menos complejo", recordó Grandi, que ese año invirtió 30.000 pesos con sus socios para comprar materiales y una máquina.

"Arrancamos con producción para terceros. Mis amigos se abrieron, y yo seguí con el proyecto", agregó el estudiante, que no dudó en sentarse frente a la mesa de dibujo para hacer él mismo los diseños.

Las primeras ventas se canalizaron por el circuito turístico en negocios de la Recoleta, Palermo y la calle Florida.

Luego Cuoio empezó a ganar terreno en el interior del país, tras sumarse a la Cámara Industrial de Manufacturas del Cuero de la República Argentina.

Escuchar a las mujeres

Más tarde, llegó el turno de las exportaciones. "Empezamos a exportar hace dos años con los contactos que establecimos a través de la página web. Mandamos mercadería a Estados Unidos y América Central", dijo Grandi, que busca en la moda internacional y en el diálogo con las mujeres la inspiración para diseñar las carteras.

"Camino mucho y escucho a las mujeres. Aprendí que son muy desordenadas con las carteras, que prefieren los tamaños grandes y que les cuesta mucho cambiarlas. Por eso, armo productos funcionales, descontracturados y de excelente calidad", destacó el empresario, que al momento de definir a sus compradoras habla de "mujeres de 30 a 50 años, de un poder adquisitivo alto y medio".

Por otro lado, se jactó de "saber lo que no hay que hacer en el negocio: bajar la calidad del cuero en un intento por bajar costos". Para el empresario, lo que hay que hacer "es subir esa calidad y darles valor a los productos, que en el caso de Cuoio están hechos en un 100% con materia prima argentina".

Con su propuesta, Cuoio facturó el año pasado 500.000 pesos, de los cuales el 80% correspondió a ventas mayoristas. Ahora, el objetivo de Grandi es impulsar la marca y posicionarla.

"Siempre quise hacer una marca, pero necesitaba un colchón financiero. Por eso esperé hasta 2007 para abrir el primer local en Puerto Madero. Ese negocio lo abrí con una diseñadora de ropa", explicó.

Los resultados fueron buenos y la empresa siguió su curso de expansión con una fábrica en Merlo, que demandó una inversión de 15.000 pesos. También abrió hace un mes un segundo local en Barrio Norte.

Animarse a más

Allí se exhibe la colección con algunos accesorios de la diseñadora, como cinturones. En el lugar, el aroma a cuero está presente y se destacan los verdes, rojos y marrones de las carteras.

"Ya tengo armado un plan de franquicias y la idea es abrir entre dos y tres por temporada. Estamos apostando fuerte a la marca", dijo Grandi.

El emprendedor parece querer explorar más el universo femenino y está armando actualmente una segunda empresa de zapatos.

"En ese proyecto, estoy con dos socios. La idea es empezar a vender los primeros productos en el verano y voy a volver a hacer los diseños yo", dijo, y agregó: "Con este proyecto, voy a poder aprovechar el desarrollo del mercado que hice con Cuoio. Es otra forma de seguir abriendo el negocio del cuero".

Mercedes García Bartelt 

Nota del diario: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1139405

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